Familias diversas… Renovadas formas de organizar la convivencia (Parte 4)


Revista Debate sobre Derechos Sexuales
En el marco de la estrategia de debates sobre Derechos Sexuales (2016) compartimos con ustedes los siguientes artículos.


Editora, estilo y redacción
Zulema Alanes
Por el derecho a decidir

Panelista Tatiana Mamani

Tatiana Mamani Calisaya, es egresada de psicóloga, activista de la población de diversa orientación sexual y secretaria de juventud del  Colectivo TLGB de Bolivia.  Al presentarse destaca todos esos atributos, pero también pone acento en su origen aymara.

Mi vida y mi familia, esa que yo conocí, me la impusieron”,  dice sin titubeos. Y la audiencia la escucha y entiende por qué subrayó lo de su origen aymara. “Ser aymara, vivir bajo los cánones de una cultura andina, posesiva y dualista,  marcada por la tradición del chacha-warmi, constituye de por sí un desafío, porque en ese contexto ser mujer significa renunciar a tu autonomía y asumir que aunque seas una luchadora, necesitas un hombre para salir adelante”

Ese fue el ambiente en el que Tatiana tuvo que enfrentar el proceso de construcción de su identidad lésbica que según compartió “fue largo y doloroso. Como hija mayor debía dar ejemplo a los menores, y no se permitían los ‘malos’ ejemplos”.  Como psicóloga, sabe que para que una mujer se considere lesbiana debe tener conciencia primero de la existencia de la categoría lesbiana y, luego, debe re-significarla para identificarse con ella.

“He sido obligada a ser sumisa”, comenta  y da cuenta del complejo  proceso que tuvo que encarar para asumir que era lesbiana pero además revelarlo a su familia.

Ocurre siempre, la pregunta ¿quién soy? solemos hacerla en relación a la mirada de los otros, por eso está indefectiblemente relacionada a una segunda pregunta: ¿cómo me presento a los demás? La identidad tiene sentido en la medida en que puede ser reconocida por los otros.

Y eso también le ocurrió a Tatiana.  Confiesa que no fue fácil asumir su identidad lésbica y mucho menos ser activista. “Mi familia es muy conservadora, esperaba que me case  antes de los 22 años, que tenga hijos,  y que reproduzca los mismos roles que le impusieron a mi madre,  y así  generación tras generación”.

Y todo lo que cuenta  está asociada a su reflexión sobre la familia, porque desde su vivencia personal le ha costado entender que hoy día la familia es una opción de elección libre, una asociación de personas, a la que cada una llega con sus planes individuales, con sus propios intereses y experiencias.

Su elección personal ocurrió hace tres años  y desde entonces ha vivido “los años más maravillosos de mi vida”.  En retrospectiva, recuerda cuando su familia supo que era lesbiana y que era pública “y que no iba a parar más,  que no iba a retroceder “

No fue sencillo porque “mi familia me iba a condenar, el hecho que hubiera decidido asumir un activismo público  ha marcado mucho a mi familia, desde mi madre hasta la más pequeña de mis hermanos”.

Pero en el proceso y en medio de las tensiones que tuvo que enfrentar con su familia, las decepciones se transformaron en esperanza por la forma cómo reaccionaron sus hermanos pequeños “Los niños son todo lo que no éramos nosotras, tienen mucha libertad y su libertad proyecta  la libertad de los demás”.

Según Tatiana la libertad  se va transformando conforme una persona se va haciendo adulta. “Tengo una  teoría sobre el closet.  Creo que  todas las personas tenemos un closet, independientemente de nuestra diversidad.  Nacemos sin estar en ese closet pero la sociedad nos encierra”.

La familia es uno de los dispositivos del encierro.  “Te moldea bajo ciertas lógicas y esquemas que es difícil de desmontar”.

Aquí  y ahora, Tatiana ha pasado de ser una personas en encierro  a asumir públicamente las causas de la Comunidad LGBT  “eso implica estar dispuesta a  ejercer tus derechos y deberes, implica luchar y tomarlos”.

Pero sabe que no es sencillo, no es suficiente reclamarlos. “El año pasado se aprobó el nuevo Código de Familias y el movimiento empezó a movilizarse, pedimos audiencia con los presidentes de las cámaras –Senado y Diputados–  y constaté que nuestros derechos no sólo se ejercen porque lo decidimos, otros deciden por nosotros, con sus lógicas, con sus estereotipos”.

Desde  la perspectiva de Tatiana, las demandas de la comunidad  no sólo tienen que ver con querer casarse, sino con el derecho a elegir.  “Si un heterosexual tiene derecho a convivir o casarse,  es porque tiene la  opción a decidir, en este momento yo no lo puedo hacer, independientemente de que ya tenga familia,  porque sí  soy familia, es un asunto de derechos”.

 ¿Somos iguales?, es la pregunta que se formula de manera recurrente y, los hechos, parece n responderle con un contundente ¡no!  Y entonces le surgen otras dudas,  y se cuestiona si será la formalidad de una ley la que le permitirá “resignificarme, si producirá cambios verdaderos, o si esa posibilidad está en mí misma”.

Y vuelve al principio, e insiste que “el punto final de toda esta lucha es la igualdad, independientemente de cuál sea tu preferencia sexual debemos afirmarnos en la igualdad, y en el derecho a elegir”.

Y antes de concluir su participación Tatiana anuncia que quiere retomar los planteamientos de Rodolfo respecto a la adopción.  Y sus argumentos no se basan en investigaciones sino en su propia realidad: “Yo vengo de una pareja heterosexual y,  soy lesbiana, el hecho de que me hayan criado heterosexuales no ha evitado que sea lesbiana”.

Con esa afirmación incuestionable, reclama también por la estigmatización de las parejas y de las familias homosexuales y lamenta que  las políticas públicas y las leyes,  no se  anticipen a la problemática social. En este caso es obvio que no hay voluntad política para avanzar en leyes que coloquen en condición de plena igualdad a las familias y a las parejas homosexuales.

La restricción estipulada en la Constitución, ahora se tiene que resolver dando todo un rodeo a la legislación en materia familiar.  Tengo la sensación que estamos batallando ante una estructura de doble moral que sabe que vulnera los derechos humanos pero también se las arregla para hacernos creer que tiene disposición a restablecerlos, medio esquizofrénico, pero así  es”.