Masculinidades y cuidados

Jimmy Tellería se encargó de presentar el taller y dejar en claro que su finalidad es “iniciar una reflexión crítica, como hombres, de nuestras propias prácticas y subjetividades en el tema de cuidados y masculinidad, pero también un posicionamiento político sobre cómo estamos mirando el tema de los cuidados, desde la provisión de los sistemas públicos de salud, desde el Estado, desde los sistemas públicos de cuidados y, por supuesto, desde nuestra capacidad de incidencia y transformación social”.  Y dejó con la palabra a Santos Saico, educador en género y masculinidades, activista en derechos humanos, con formación en Trabajo Social, en la UMSA, facilitador del taller dirigido exclusivamente a “compañeros masculinos”. 

Lo primero que pidió fue participación, “porque es un taller para la reflexión colectiva. No es sólo una exposición, es un taller”. 

Cámaras encendidas y empezó la presentación de los participantes.  Uno a uno, respondieron qué les gusta hacer en el hogar, qué les gusta hacer fuera y qué les provoca hablar de cuidado. Participación obligatoria. 

Javier Reynaldo Romero Flores: Actualmente vivo en Cochabamba, soy de Oruro. Tengo formación de pregrado en antropología, y uno de los ejes en la formación es el tema género, y normalmente se trabaja como feminismo, es un sesgo importantísimo en todas las formaciones de género. Entonces, poco a poco a mí me ha interesado el problema del racismo y he tratado de comprender la dinámica interna del racismo que vivimos y un fuerte componente es el machismo. Aunque sé que hace como 20 años atrás, ha empezado a sonar el tema de masculinidades, para mí ha sido una sorpresa encontrar esto, porque no sabía que en Bolivia se estaba trabajando el tema. Estoy comenzando a entrar al tema de masculinidades. Esa es la razón por la que estoy aquí. Soy heterosexual, orureño, antropólogo, profesor universitario. 

Alejandro Abarca Díaz: de Chile, Trabajador Social, y me desempeño como académico de la Universidad Católica de la Santísima Concepción. Llegué al tema de género a partir de las víctimas de violencia de género. Me acerqué al mundo de las masculinidades trabajando en algunos temas de paternidad. Considero que lo personal es político y me considero militante de estos temas, lo trabajo con estudiantes y también intento ser coherente en casa, mostrando con el ejemplo a mis hijos. 

Gustavo Benitez: de Paraguay, trabajo en el Ministerio de la Mujer como jefe del Laboratorio de Innovación de Políticas Públicas. Me interesa el tema porque Paraguay está en el proceso de diseño de su primera política nacional de cuidados. Se intenta meter ejes de masculinidades para la redistribución del trabajo doméstico y de cuidados. 

Wilmer Galarza: Soy miembro del Colectivo de las Diversidades Sexuales y de Género de Cochabamba. Hace algunos años me interesó el tema de las masculinidades, por una motivación muy personal. Me parece apasionante. El último tiempo me he dedicado fuertemente a incidir en espacios con la sensibilización y la información sobre el tema de masculinidades. Soy coordinador del Consorcio Cuerpo y Ciudadanía en Cochabamba, que trabaja el tema de masculinidades y este tema específico de cuidados es algo que debemos trabajar socialmente, aprovechando el importante amparo constitucional. Hay que trabajarlo de manera política en todos los ámbitos para que cale en la sociedad. 

Manuel Coronel: Psicólogo, actualmente en descanso laboral, por lo que aprovecho para asistir a estos eventos. Tengo 35 años y el afán de adquirir conocimientos y apoyar en la deconstrucción de estereotipos y pensamientos que se instaura en los varones desde pequeños. Pienso que entre varones también debemos apoyarnos, porque cada vez es más fuerte la lucha entre varones. Soy de Chayanta, al norte de Potosí. 

Wilson Santiesteban Torrez: Soy coordinador del Colectivo Angirü, que trabaja principalmente con adolescentes y jóvenes en el departamento de Tarija.  También soy miembro del Consorcio Boliviano Cuerpo y Ciudadanía y parte de la Plataforma Nacional de Corresponsabilidad Social y Pública del Cuidado. Estoy interesado en conocer parte de las experiencias, del trabajo que existe en torno a las masculinidades. Trabajamos el enfoque de masculinidades también. 

Wilmer Rocha: Trabajo en Ciudadanía. Soy comunicador y en el trabajo surgió el interés por el tema de masculinidades, también por otro taller de CISTAC. Ahora estudio el tema de masculinidades porque me interesa conocer más del tema y su relación con los cuidados, que se está trabajando bastante en Ciudadanía. 

Omar Tito: Trabajo en CIES La Paz. Me interesa porque participé en un curso de masculinidades. Me ayudó a crecer personalmente y cambiar de pensamiento. Tengo una hija a la que quiero apoyar como padre, ser lo más consciente posible, en su formación. Por eso cuando vi las jornadas en facebook me llamó la atención. 

Javier Lobatón: De La Paz, trabajo en CEPROSI, con temas de género, luchas del feminismo, y en esos caminos el tema de masculinidades ha sido instaurado como una línea de acción. Quiero reforzar, compartir, seguir aprendiendo. También soy miembros del Consorcio Cuerpo y Ciudadanía. 

Joaquín: Soy de Potosí, trabajo en la fundación ACLO. Tengo la expectativa de enriquecer nuestros conocimientos, ampliar metodologías de trabajo en temas de masculinidades. Como institución venimos trabajando hace dos o tres años con esas temáticas con las poblaciones indígenas y campesinas, pero también recientemente con los colegios, es una población importante para generar cambios. 

Franz Alfredo Serrano Condori: Soy parte del Consorcio Cuerpo y Ciudadanía de la ciudad de El Alto. Aprendiendo más sobre cuidado, antes de la pandemia empezamos a aprender sobre el tema y ahora otra vez seguimos. 

Santos Saico, retomó la conducción del taller y recordó que la pandemia dejó a los hombres en sus casas para precautelar la salud  y fue una oportunidad para constatar que “a veces los hombres, en nuestra construcción masculina, pensamos que el tema del hogar, de la atención de la casa, el tema del cuidado de la casa, el tema de la familia, el tema de la pareja, el tema de los abuelos, los hijos, es responsabilidad de la mujer, instalado más bien en el cuerpo de las mujeres”. 

Admitió que muchos tuvieron que realizar actividades y tareas que nunca antes las asumieron, pero por fuerza de las circunstancias “Han empezado a experimentar lo que es quedare en casa. Lo que históricamente se les ha dicho a las mujeres: quedarse en el hogar”.

Fue al grano y formuló una pregunta para responder en el chat: Como hombres, ¿a quién cuidan? y ¿cómo cuidan?  Y anunció un receso para que reflexionen antes de responder.  Al reinstalar la sesión, los participantes se apresuraron en responder.

  • “Proteger al otro.  En mi caso vivo con mis hermanos y tengo que protegerles en la alimentación”.
  • “Cuido porque tengo que asumir responsabilidades”.
  • “Es el tiempo que podemos dar a uno mismo u otras personas, para la calidad de ese tiempo intervienen muchos factores, puede ser cuidar la salud, la alimentación “.
  • “La idea de cuidado, vendría a ser una palabra polisémica, el cuidado con un objeto, hay quienes cuidan su auto y establecen un tipo de relacionamiento con un objeto y eso tiene que ver con la idea del estatus, paradigma de la conciencia, que es cuando se establecen las relaciones humanas en términos de sujeto-objeto. Como antropólogo,  veo que el cuidado tiene que ver con horizontes culturales, hay culturas en las que la lluvia, el granizo, el viento son nuestros parientes, están en nuestros territorios, por eso hay que cuidarles como a nosotros mismos. El cuidado es una renuncia a las jerarquías instituidas por el poder dominante, para hablar de cuidados hay que renunciar a los privilegios que nos da el sistema”.
  • “Cuidar  no tiene que ver solo con cosas materiales (alimentación, dinero), cuidar significa estar atento a aspectos emocionales, sobre todo en pandemia, apoyarnos, sostenernos, preocuparnos de las emociones (si lloran, por qué lloran).
  • De manera general, el cuidado es el tiempo y esfuerzo que pone una persona para realizar tareas que no son remuneradas, pueden estar en tres niveles: personal, de otra persona y del medio ambiente; de ahí también se maneja el concepto del cuidado de la vida.
  • El cuidado está ligado con la prevención, a  nivel biopsicosocial, independientemente de la crianza que uno tenga va a poder desarrollar acciones que insten al cuidado de uno mismo, del entorno, de la naturaleza y de la sociedad.
  • El cuidado como un derecho de niños, niñas, personas con discapacidad y de la tercera edad, a nivel físico, (comer, dormir) pero también emocional.
  • Interesante la perspectiva del derecho al cuidado.  La CPE ha incorporado una sección específica de cuidado como un deber del Estado y muchos critican la amplitud de nuestra CPE, pero son oportunidades maravillosas que tenemos aunque aún no se concretan. 

Santos Saico escuchó atento y afirmó “escuchar es también una práctica de cuidado”.  Retomó los aportes de los participantes en el taller, para destacar que mucho de lo que se dijo es cierto pero no suele manifestarse en la cotidianidad porque “La masculinidad hegemónica proyecta la idea del hombre fuerte, que hay que ir rompiendo para avanzar en la gestión del cuidado, con el otro, con la familia y con todos quienes están a nuestro alrededor”. 

Recordó que el cuidado es gestionar la vida, gestionar el tiempo, “cuidar no es proteger, hay que empezar a separar protección de cuidado”. 

Una voz interrumpió para afirmar que “El autocuidado implica desprenderse de relaciones tóxicas” y abrió el intercambio de criterios sobre el autocuidado.

Santos Saico, continuó la reflexión recordando que “hay hombres que todavía piensan que lo suyo no es el autocuidado.  Por ejemplo, se resisten a una revisión de próstata, muchos hombres dicen que no”.

Y alguien complementó que “la resistencia al autocuidado está condicionada por la presión de nuestros congéneres, la presión y la burla porque se asocian las prácticas de autocuidado como algo femenino, y todo lo femenino es malo.  Somos cuestionados si pedimos atención por dolencias físicas, más cuestionados cuando pedimos ayuda profesional a un psicólogo o terapista, creen que es una actitud femenina”.

Y se escuchó otra opinión que afirmó que “No estamos adiestrados para cuidarnos”.  Y, se dijo que es cierto, que “es difícil vincular salud y autocuidado, no iba al médico porque la gente cuestiona, pero tuve un accidente que me llevó al límite, y aprendí por la fuerza”. 

Alguien interrumpió para decir “Yo me cuido de no ir al médico, porque nuestro sistema de salud es tétrico, yo he sufrido en carne propia la negligencia médica de nuestros seguros y clínicas privadas.  Sí, me cuido de no ir a los médicos, pero me cuido, no consumo azúcar, salgo a correr todas las mañanas, no es lo último ni lo mejor, pero es parte de los cuidados”.

Y se escuchó que todo lo dicho tiene que ver con “los miedos que nos instauran desde la niñez. Walter Ríos, habla de tres debilidades psicológicas masculinas: miedo al miedo, miedo a estar solo y miedo al fracaso.  El miedo al miedo, nos lleva a hacernos daño, ponemos por delante el qué dirán antes que nuestro bienestar, se tiene que trabajar en esta deconstrucción porque nos daña emocionalmente, cada uno desde su intimidad y soledad, tiene una historia que es difícil compartir por el miedo a ser cuestionado, y prefiere pasar desapercibido”.

Interesantes reflexiones que dieron pie a Santos Saico a presentar el video “Hasta que el cuerpo aguante” que relata la historia de Panchito, un hombre con prácticas que lo llevarán a autodestruirse, aún de su diagnóstico de cáncer se resistirá a buscar ayuda médica porque le enseñaron a ser hombre, sus hábitos lo llevarán al desastre. 

El video motivó a reflexionar sobre varios aspectos relativos a los cuidados.  “Por ejemplo, que colocar el cuidado en la lógica de la protección conduce a un sentido de apropiación“Yo me hago cargo de”, puede dar lugar a minorizar, a generar dependencia.  Tal cual el rol de proveedores, que genera dependencia y control, de ahí que sea importante desmontar esos criterios.”, subrayó Santos Saico.

Y continuó la reflexión con el tema del cocuidado, porque “a veces no pensamos en el otro, nos olvidamos del otro, porque entre hombres no nos preguntamos, no pensamos, vemos al otro como un hombre fuerte”. 

Recordó que “el modelo hegemónico se construye en la competencia, si se guardan las emociones, el hombre termina estallando con violencia y el recurso más próximo del modelo de masculinidad hegemónico es el golpe. En el caso del feminicidio son hombres que no han sabido recibir un no como respuesta, creen que tienen todo el poder, cuando una mujer les dice no, asumen que están ante un reto”.

Surgió la pregunta, ¿Cómo involucrar más a los hombres en el cuidado?  Santos Saico ensayó una respuesta: “Hay ausencia de normativas, leyes y políticas públicas que promuevan el involucramiento, hay que desestructurar el machismo imperante, que no aleja de las tareas del cuidado.  Es mucho lo que nos perdemos al no involucrarnos”.

Y alguien planteó que hay que articular los conceptos de responsabilidad, reciprocidad, compromiso y validación.  “La responsabilidad siempre es con el otro, pero deberíamos asumir nosotros mismos la reciprocidad con uno mismo, recibir del otro que también sea parte del cuidado mutuo que implica un compromiso con la otra, el otro, con el entorno, y la validación que significa otorgarle valor a las tareas de cuidado”.

Y se insistió en las políticas públicas, porque “es necesario que las normativas promuevan que los hombres se hagan cargo de los cuidados.  El permiso de paternidad ya existe en Paraguay, en Bolivia solo existe la protección a la fuente laboral, pero no el permiso de paternidad, hay que proponer iniciativas que obliguen a los hombres a ser parte de las tareas de cuidado”.

Surgió la preocupación por la noción del “hombre proveedor” íntimamente ligado a los miedos porque “la condición de masculinidad tiene que ser demostrada, si no se cumple, nos desacreditamos ante los ojos de la cultura, de la familia y de la pareja”. 

Fue un taller dinámico y participativo, con muchas cosas por decir.  Santos Saico asumió que el debate dejó varios retos y temas pendientes.

“Tenemos que empezar a cuestionar las lógicas patriarcales, porque el tema del cuidado nos involucra a todos, no es solo lo material es también lo emocional, estamos haciendo referencia a nosotros mismos y también a nuestro entorno, es necesario generar nuevas pautas de convivencia, tenemos que empezar a pensar como convivir con la naturaleza, el planeta se va por la borda.   Hay que trascender y hacer incidencia en el Estado. El cuidado tiene valor, no es remunerado, pero tiene valor… Todo lo que hemos reflexionado tiene que convertirse en un tema político, superar el posicionamiento personal”.